Cuanto menor sea la edad de un niño, mayor es el riesgo, ya que tienen un bajo desarrollo del sistema inmunológico, para superar cualquier infección oportunista.
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La triste realidad acerca de los niños diabéticos es que la enfermedad se mantiene y crece con ellos, y si lo hace de forma desatendida se desarrolla en las complicaciones tempranas que están asociadas con la enfermedad, como la retinopatía, insuficiencia renal, etc.
Es tentador ignorar el problema y renunciar, creyendo equivocadamente en el supuesto de que la naturaleza debe adoptar su causa natural y curara al niño.
Vamos a ser sinceros con todo el mundo; los niños diabéticos tienen rutinas más duras que los adultos diabéticos, también sus padres y sus madres pasaran por un infierno.
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Los padres tienen que aprender a administrar la insulina en la piel, se suele inyectar en el abdomen o los muslos. No hay una opción diferente de tratamiento si se trata de diabetes tipo 1, se debe administrar insulina de acción rápida o el modo lento para la noche; la fórmula es la misma inyección.
Los padres deben aprender a reconocer situaciones de baja o alta de azúcar y tomar las medidas pertinentes; incluyendo el ejercicio que debe realizar el niño y así sucesivamente; el programa es duro para los padres, pero no imposible.
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No se puede negar que es una enfermedad en la que los jóvenes crecen normalmente dolidos y estresados por este proceso y tiene que ser educados sobre qué y qué no deben comer, para tratar de evitar también la obesidad, que sin duda puede agravar aún más la situación.
Cuando se trata de distinguir los síntomas son los mismos que para los adultos; la sed, cansancio, pérdida de peso y micción frecuente, más dolores de cabeza, dolores de estómago y cambios en la conducta.
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¿Cuáles son las causas identificables reales?
A partir de estudios documentados, la mutación genética es uno de los caminos visibles que parece plantear la cuestión de los pacientes jóvenes; seguido por las circunstancias ambientales; principalmente la dieta y falta de ejercicio.
Los antecedentes familiares nunca han parecido como la causa en el caso de la diabetes tipo 1, ni algún medicamento químico que se haya suministrado a la madre en cualquier punto del embarazo. Las mutaciones genéticas son difíciles de explicar, la mutación se genera cuando le place, tal como es.
Como si esto no fuera suficiente; hay pruebas evidentes de que el páncreas sí mastica sus propias células. Algunas de las células del páncreas se comen hasta las células productoras de insulina, lo que resulta en la pérdida completa de la producción de insulina.
Esta es una situación muy difícil, irreversible y exigente, tanto para el niño pequeño como para el profesional médico.
A modo de resumen, la dieta como se discute para los adultos, juega un papel crucial y la fórmula es las 3 comidas principales y 2 ó 3 meriendas por día. Con la ayuda de un dietista entrenado, las combinaciones de nutrientes serán fáciles. Para los niños, el programa se debe seguir a la letra y, darle la seriedad que merece.
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