Los factores sociales y económicos han dado lugar a un aumento dramático en la diabetes tipo 2 y la obesidad en todo el mundo.
Al estudiar cómo nuestros genes se expresan en respuesta a factores ambientales y los cambios que se han dado en el estilo de vida, vamos a entender mejor cómo las recomendaciones de salud y los tratamientos se pueden adaptar a cada individuo.
«Los factores ambientales que perturban los procesos celulares y fisiológicos tienen un efecto sobre la predisposición del individuo a enfermedades, como a la diabetes tipo 2, es probable que hacerlo a través de activo y reactivo se dé una modulación de la función del genoma. Hay razones de peso detrás de este concepto, pero los detalles acerca de cómo funcionan estos procesos siguen estando mal definidos«, dice Paul Franks.
«Sin embargo, hay evidencia reciente de que los cambios epigenómicos como la metilación del ADN, afectan la forma en que los genes se transcriben y se traducen en proteínas; estas son características importantes de estos procesos,» continúa Paul Franks.
Las investigaciones anteriores se han centrado en gran medida en los componentes de la dieta y qué dieta sería lo mejor para disminuir el riesgo de la obesidad y la diabetes tipo 2, pero hasta ahora no hay evidencia clara de los datos de ensayos clínicos o epidemiológicos que una dieta específica es óptima para la pérdida de peso a largo plazo o disminuir el riesgo de desarrollar diabetes.
Algunos tipos de grasas en la dieta pueden ser perjudiciales, mientras que otros pueden de hecho tener un efecto protector.
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Los investigadores también concluyeron que es poco probable que sea precisa la opinión ampliamente establecida de que los suplementos de vitamina D disminuyen los niveles de azúcar en sangre y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
En los últimos años, ha habido una explosión en el interés en el papel que juega la microbioma intestinal en el desarrollo de la diabetes tipo 2 y la obesidad.
«Varios estudios han detectado diferencias en la composición de la microbiota intestinal entre personas sanas y aquellas con obesidad y diabetes tipo 2, pero la causa y el efecto no están claros«, dice Mark McCarthy, y continúa:
«Además, el peso tanto de alta como de baja natalidad han sido vinculados a la diabetes tipo 2, parece como si estas asociaciones reflejaran la compleja interacción de las variaciones genéticas en el feto y la madre, junto con el impacto del medio ambiente intrauterino.”
«Cada vez estamos más cerca de comprender el mecanismo de por qué se producen la diabetes tipo 2 y la obesidad y por qué se han vuelto mucho más comunes en los últimos 50 años,» dice Mark McCarthy. Actualmente se tiene sólo un conocimiento superficial de eso.
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A menudo se culpa de nuestro estilo de vida occidental, pero si los componentes específicos de la vida moderna son del todo perjudiciales, sigue sin estar del todo claro.
También sabemos que esto ocurre en cientos de diferentes factores genéticos que influyen en la predisposición. Los hallazgos genéticos están permitiendo comprender cada vez más los mecanismos implicados, y empezar a conectar las contribuciones genéticas y ambientales.
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Datos sobre la diabetes tipo 2
El aumento de la diabetes tipo 2 y la obesidad constituyen las principales amenazas para la salud humana en todo el mundo.
Alrededor de un diez por ciento de la población mundial que ya tienen diabetes tipo 2, o están en riesgo de desarrollarla, y el 40 por ciento de los adultos tienen sobrepeso o son obesos.
La herencia genética, que predispone a la obesidad y la diabetes tipo 2 es del 70 y el 35 por ciento, respectivamente, se dice que el estilo de vida moderno representa al culpable con una combinación de exceso de consumo de calorías, la inactividad física, la privación del sueño, trastornos endocrinos, fumar y tomar.
Se necesita más investigación para averiguar cuál de los elementos de nuestro estilo de vida son importantes para definir las intervenciones más eficaces.
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