Un estudio reciente muestra que los niveles de azúcar en la sangre, como se refleja por la hemoglobina glicosilada (HbA1c), fueron fuertemente asociados con el deterioro cognitivo y la demencia.
Lo anterior apoyado por múltiples evaluaciones cognitivas validadas durante un período de 10 años y después de controlar otros factores de riesgo como:
- La edad,
- índice de masa corporal (IMC), y
- la presión sanguínea.
El trabajo previo ha sugerido que los niveles medios a más altos de glucosa en la sangre en personas con ambos sexos y sin diabetes se asocia con un mayor riesgo de demencia.
Otros informes muestran que la variabilidad de la glucosa también aumenta el riesgo de disfunción cognitiva en pacientes con diabetes establecida.
La función cognitiva y la diabetes
Este nuevo análisis utiliza múltiples métricas de la función cognitiva y un amplio periodo de seguimiento.
El estudio mostró una disminución progresiva y lineal en la cognición con cada aumento de la HbA1c media durante los 10 años de estudio.
Este enfoque de “A1c” (referido como “años de A1c”) ha sido recientemente asociado con un riesgo significativamente mayor de la retinopatía diabética (RD) y su progresión.
Anteriormente el Dr. Chous mencionó los beneficios de las pruebas de visión en color en la diabetes aguda e hipoglucemia crónica.
También está fuertemente asociada con un mayor riesgo de enfermedad de Alzheimer y demencia.
Aumento de posibilidades
El Alzheimer parece relativamente sutil, pero tanto la hiperglucemia e hipoglucemia crónica aumentaron significativamente las probabilidades de desarrollar deterioro cognitivo leve (DCL).
Un 50% mayor riesgo de MCI se demostró para la media de glucosa <85 mg/dl y > 113 mg/dl.
Lo que sugiere un rango estrecho entre la glucosa media minimiza y el riesgo de deterioro cognitivo con el avance de la edad.
Para las SAO, es de destacar que hay evidencia de una relación entre la retinopatía diabética (RD) y el deterioro cognitivo.
Pero los pacientes con un mínimo de RD demostraron un mayor deterioro cognitivo que aquellos con avanzada DR.
Esto sugiere que otros mecanismos distintos de insulto micro vascular pueden ser responsables del declive cognitivo asociado a la diabetes.
Un análisis reciente mostró que la DR no se relaciona significativamente con la demencia en la diabetes tipo 1. Esto puede ser una consecuencia directa de las diferencias mecánicas entre la diabetes tipo 1 y 2.
El trabajo previo ha demostrado que la resistencia a la insulina cerebral es una característica común de la enfermedad de Alzheimer (EA).
La diabetes tipo 2 es principalmente un trastorno en el cual empeora la resistencia periférica a la insulina que puede afectar en última instancia, la sensibilidad a la insulina en el sistema nervioso central, lo que lleva a algunos científicos a copiar AD como “diabetes tipo 4”.
Las nuevas tecnologías
Varias tecnologías surgen como posibles marcadores biológicos de ambos: la demencia y la diabetes, así como su progresión.
Estas tecnologías incluyen el adelgazamiento de la retina neural en la tomografía de coherencia óptica (OCT), así como la reducción de la densidad capilar macular y el flujo sanguíneo en OCT angiográfico.
Esto puede dar una mejor oportunidad de ayudar en el diagnóstico y la intervención temprana.
Un protocolo de dieta prometedor
Las tasas de diabetes y de Alzheimer están aumentando a medida que el número de personas de edad avanzada sigue elevándose.
Se debe a las investigar y minimizar todas las causas biológicas comunes.
Un protocolo para reducir la progresión de la demencia y el Alzheimer temprano, mostró un alto éxito durante un período de dos años en un pequeño estudio en la UCLA Medical Center.
Este programa incluye:
- La ingesta reducida de carbohidratos refinados.
- Eliminación de gluten y alimentos procesados.
- Ayuno al menos de 12 horas entre la cena y el desayuno.
- El aumento de la ingesta de ácidos grasos omega-3.
- Ingesta de melatonina junto con las vitaminas D y B12.
- Actividad física regular.
- Sueño adecuado (siete a ocho horas), y
- La reducción del estrés a través de yoga y meditación diaria.
Para los pacientes con diabetes, la adopción de estas estrategias, junto con un buen control metabólico puede servir para reducir el aumento del riesgo de deterioro cognitivo y mejorar la calidad de vida.
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